viernes, 17 de octubre de 2008

Vagas memorias

A la mierda- dije mirando aquel callejón gris en el que sobresalía una luz intermitente. El lugar era desolado; ni una sola alma recorría ese camino, salvo el vigilante del local, al cual nos dirigíamos con mis amigos del colegio.
Uno de mis amigos manejaba el carro, un escarabajo rojo apodado el "Memomóvil". La historia del nombre es otra que prometo contar. Él cuadró el carró en una maniobra fuerte, asegurándome con ese movimiento que habíamos llegado para hacer algo que iba a poner en juego todo lo que había pensado por mucho tiempo. Mis amigos conversaban entre ellos imaginando un provenir no tan provechoso para el inexperto de todos en esta materia. ¿Quién mierda iba a saber que ese día él iba a liberar todos sus demonios internos en dos acciones? Las mismas que nadie de nosotros ha hecho; ni las hará. Pero, él lo hizo y no titubeó al tomar dichas decisiones, a pesar que nadie más que nosotros sabe de su actuación, hasta ese entonces desconocida.
El lugar no era como yo lo había imaginado, la mente te puede engañar muchas veces. La fachada parecía un establecimiento de caldo de gallina, sin querer menospreciar aquel negocio, las luces eran chillonas y de muchos colores, pero suficientes para emocionar a un par de noveles chicos.
Accedí a entrar bajo la condición que yo mismo me iba a poner los límites con lo que podría encontrar adentro. La entrada costaba 20 soles, más un par de cosas; adentro consignabas lo restante. ¿Qué había adentro?
Dentro se podía ver a muchos tíos paseando y dando vueltas por los dos únicos pasadizos que habían, los que te conducían a un pequeño salón. Toda esa gente de mierda que daba vueltas me hacía pensar en lo melancólica que puede llegar a ser la vida de un simple trabajador peruano. ¿Han visto la película peruana "Chicha tu madre"? Si la ven, tendrán una vaga idea de lo que quiero decir, por cierto sale Tula calata así que aprovechen.
Cada paso que daba era de una emoción sumada a un nerviosismo que aumentaba al ritmo del sonido de los tacos de las numerosas mujeres que caminaban por ahí. La pregunta es ¿Por qué estaban ahí? ¿Qué les había pasado para llegar ahí?

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