domingo, 14 de diciembre de 2008

1era parte

Deja de mirarme con esa cara de mierda- dijo Cecilia al observar como Gustavo seguía con predeterminación cada movimiento de ella
Lo siento-
No jodas Gustavo, siempre es lo mismo-
Pero Ceci no era lo que tu pensabas-
Vete ala mierda Gustavo-
Cecilia cerró la puerta del cuarto de Gustavo con fuerza dejandolo a el sentado en su cama solo.
Ya habian pasado 3 meses desde aquel penoso accidente o mala jugada del destino que los había llevado a ese punto en la relación. Dicen que la vida guarda los peores momentos para los situaciones más inoportunas en la vida, vaya que ese si había sido uno de ellos.

Puta madre. Por qué pasa esto- dijo Gustavo al mismo tiempo que lanzaba por los aires el peluche que ella le dio en su primera cita.
Al ver lo que había hecho inmediatamente fue a buscarlo, pero el pequeño elefante blanco había volado por los aires, como si siguiera una dirección determinada, y terminó saliendo por la ventana. Gustavo corrió e intentó cogerlo pero el elefante parecía mas listo que el y rebotó en el las tejas del vecino para caer en el tacho de basura. Gustavo miraba horrorizado aquella escena, luego se sentó en el piso y se quedó pensando en cómo todo había llegado hasta ahí.

Parecía ayer cuando él estaba sentando esperando a la primera chica a la que había tenido el valor para invitarla a salir. Gustavo nunca supo que hacer en estos casos.
¿Debo jalarle la silla para que piense que soy un chico educado y no una mierda más?
¿Debo no excederme con los piropos y juntarlos todos en un par de frases creativas que señalen lo profundo que son mis sentimientos?

Mientras hacía esto jugaba con el gran reloj que brillaba sobre su mano, aquel regalo que solo lo usaba para ciertas ocasiones especiales. Carajo y esta si era una de esas, después de haberlo usado en el matrimonio de mi tía María, vaya borrachera, y el día que ingresó a la universidad, esta solo para demostrar que al fin había hecho algo digno de romper un par de botellas en la Vía Expresa en la medianoche, lo que por cierto nunca lo hizo.

Tantos recuerdos, pero olvidas lo más importante: el dinero. ¿Cómo mierda te vas a olvidar tus ahorros de todo el puto año en el momento más importante de tu hasta ahora vida? ¿Dónde los dejaste imbécil? No me digas que siguen en el chanchito azul que aún guardas desde que tienes 8 años. No lo digas, porque ahí si me cago de risa y lo digo en serio. Sí lo hiciste ¿verdad?

Gustavo no se había percatado de eso, por lo que siguió pensando en si debería o no de pedir el mixto de jamón y queso.

Pensándolo bien, mejor no. Si es que ella me besa no voy a tener el aliento apestando a queso con jamón- pensó

En ese momento llegó a divisarla a lo lejos. El tiempo se detuvo para él
Sus pasos eran lentos, calmados, tranquilos tal igual como su carácter. Venía sonriendo y con ambas manos en los bolsillos, al ver a Gustavo sentado ella fue donde él.
Hola
Hola- respondió el, hablaba entrecortadamente.

(Continuará)

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